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lunes, 16 de enero de 2012

NACE OTRA "CRÍA"


En el capítulo de “Salvando Vidas” se había concluido, la construcción de  la “guardería” o Unidad de Crías, y los cachorros que se encontraban en diferentes lugares, se habían trasladado a su nueva instalación.   Esto ocurrió en octubre de 1984.

Una nave acondicionada con jaulas e instalaciones para crías de  tamaños diferentes,  enfermería, cocina con los equipos necesarios para la preparación de las dietas, local para prematuros y pequeños era el lugar idóneo para emprender la actividad a escala mayor y con mayor facilidad.

Los primeros tiempos fueron una vorágine de trabajo y organización,  la curiosidad por el desarrollo futuro, y la atención a los primeros huéspedes: Olivia,  una Búfala de Agua que no cesaba de pedir alimento;  Roberto, un ternero Ankoli, tranquilo y ceremonioso; dos hembras y un macho de tigres de Bengala, Annabella. Belkis y Jorge; y cinco cachorros de león,  Ela,  Ena. eran las dos hembras y sus tres hermanos no traían nombres, eran I, II y III, no daban descanso ni de día ni de noche.

La instalación fue conocida siempre como Unidad de Crías y a partir de esa fecha no cerró sus puertas. Transitaron por  allí, aves y mamíferos, trabajadores hombres y mujeres, veterinarios, nutricionistas, zoólogos, cuidadores, y siempre había visitantes atraídos por la pequeña fauna que crecía bajo los cuidados de sus criadores. Comenzamos trabajando cuatro mujeres y un hombre que casi siempre se quedaba en las noches a cuidar de los que necesitaban ser alimentados en la madrugada.

No había transcurrido un mes de la apertura, ingresó Monin, una cría de chimpancé de 2 años. Había nacido gemela con  un macho, Mickel, en las instalaciones del zoológico que se encontraba en el centro de la ciudad, y que tenía una larga historia en el logro de la reproducción y manejo de esta especie de primates.

Cuando ambos nacieron, eran pequeños y con bajo peso, y tomaron la decisión de su cría artificial.  Monín compartió la vida familiar de los cuidadores, durante sus dos primeros años, esperando ser trasladada. Mickel  creció en la clínica del  zoológico donde nació. Esta nueva cría  se escapaba, lograba abrir la puerta de la jaula de ella, y de los demás, mordía, se “enfermaba” y dejaba de comer para que la retornaran a su lugar de origen; el “chantaje” funcionó varias veces ante el temor de que se agravara su estado y se le trasladaba de regreso a la casa de donde procedía, pero  esta historia la contaremos más adelante.
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