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miércoles, 18 de enero de 2012

LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS...1ra parte


En un area de más de 300 hectareas estaba naciendo un proyecto destinado a exhibiciones y reservas para diferentes especies  animales.  Algunos cuartones con cercas rústicas y al aire libre, recintos medianamente acondicionados, una antigua vivienda convertida en centro de la actividad administrativa, traslados a caballo o a pie entre un lugar y otro formaban el universo de un grupo de personas empeñadas en llevarlo adelante.  Un ambicioso  plan que  a lo largo de los años, tuvo muchos momentos difíciles , algunos de éxitos y realizaciones, y para muchos un arsenal de experiencias y motivaciones. 

De ese período de esta historia son cuatro tigres de Bengala que nacieron en una madrugada fría de un invierno inusualmente fría también. No se veían bien; la hembra no mostraba mucho interés en amamantarlos y atenderlos, y  una vez más, el calor de los humanos fue en ayuda de los cachorros.

Llegaron a la vivienda de las oficinas administrativas en una caja plástica, envueltos en el abrigo del cuidador de sus  padres, estaban fríos y débiles, y comenzó la reanimación proporcionándoles calor con el propio cuerpo. Varios se brindaron para hacerlo y a su vez, comenzó la búsqueda de lámparas, biberones, alimentos y un lugar para hospedarlos.

No había un local adecuado pero  había espacio en las oficinas, y un lugar para calentar la leche y deseos de aumentar el número de ejemplares con cuatro tigres más. Solo faltaba ponerles nombre. A la hembra la nombramos KINULI que significa “abandonada”, según un libro infantil ,  que narraba las incidencias con cachorros de un zoológico bombardeado en la segunda guerra mundial, no sabemos en qué idioma significa abandonada….pero nos gustó. 
A uno de los machos de pelaje hirsuto en la cabeza,y en extremo inquieto, parecido a uno de nuestros amigos, se le nombró CUQUITO, CHENY y TOSKY tenían características de otros dos.                                                                               

Requerían de alimento, estimulación, y frotado del pelaje, cada tres horas durante  el día, y en la noche se les alargaban las tomas para que la  persona encargada ese día del horario nocturno, pudiera descansar.

No faltaron los sustos por los trastornos gastrointestinales que a veces les provocaba la lactancia artificial. Estos cachorros no obtuvieron ni siquiera el calostro de su madre, que resulta fundamental para el desarrollo posterior.

Se les llevaba una incipiente Historia Clínica con sus temperaturas diarias, pesajes,  chequeos médicos, comportamiento de la fórmula láctea y cantidad que consumían, asi como anotaciones de la conducta, e incidentes del día.

Los fines de semana en los que no se laboraba o en los períodos de vacaciones eran trasladados a nuestras viviendas. Cuatro  pequeños tigres circulando por la ciudad en un triciclo abierto, dentro de una caja de plástico, eran toda una novedad.Y así viajaban…

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