No conocí a Reina, pero su historia y su presencia han perdurado
a través del tiempo en el personal del Zoológico. Esta narración es una colaboración de los que
la atendieron y cuidaron.
Su historia comienza a fines de los años 60. Habitaban por ese entonces en el zoológico,
una pareja de orangutanes; GUAS, el macho y GUARINA, la hembra. En el
único parto que tuvo Guarina, pereció la cría recién nacida en un
accidente y nunca más quedó
gestante.
Por esos días llegó a formar parte de la familia de grandes
simios, REINA, una hembra orangután que había sido criada “a mano”, o con
biberón, como se le suele llamar, cuando no es criada por la madre natural. Era la delicia de todos. Extremadamente simpática y mansa, salía a
pasear de la mano del personal veterinario que distinguía con su afecto, no con
todos, porque desde un inicio y sin saber por qué, rechazó a dos de ellos.
Le encantaban los helados, y el premio a su buena conducta
era un barquillo que ingería hasta el final, pidiendo más.
Cuando Reina llegó a la adultez, ya Guarina había muerto y
se unió con Guas, el único y dominante
macho de una manada de dos……..Esta unión funcionó y al poco tiempo Reina quedó
gestante.
Todo se complicó a la hora del parto….. pasaban
las horas y el trabajo de parto se prolongaba demasiado, por la vulva
solo asomaba la manito de la cría, era un parto realmente lánguido y había que
proceder con urgencia. La estaban
atendiendo en ese momento, precisamente las dos personas que ella rechazaba,
que llevaron mucho tiempo tratando de encerrar en otra jaula a Guas, que no se
separaba de ella ni un momento. Ya era
de noche.
Cuando llegamos, con nuestros niños pequeños que quisieron estar presentes, y dos
trabajadores más, incluyendo a su cuidador durante el día, que estaba de vacaciones
en ese momento, logramos encerrar a Guas, … dejándola sola en la jaula.
Hacía un año que no se separaba de su pareja y los paseos y el contacto con los
humanos había sido sustituído por alguien
de su especie, no obstante nos arriesgamos
y decidimos probar suerte para no utilizar sedantes o maniobras de
sujeción………… Aún en trabajo de parto, se
dejó tentar por un barquillo de helado, y fue así como, de la mano y caminando
junto a nosotros la trasladamos al área clínica, la colocamos en la mesa obstétrica y solo
utilizamos gasa quirúrgica para amarrar sus brazos y piernas. Y así, sin sedantes, ni sogas, pudimos
extraer el feto que ya estaba muerto.
Estuvo varios días ingresada en tratamiento, para evitar
infecciones y problemas futuros, y cuando se le dio el alta médica, volvió a la
jaula con su compañero.
En ese momento, el
resultado de la crianza de Reina…fue una gran ventaja…acostumbrada al
hombre era fácil de manejar , siendo innecesario utilizar
medios de sedación o inmovilización para
aplicarle tratamientos, y en esta ocasión, le salvó la vida…………Todos tuvimos una
experiencia única,…. Los niños, presenciaron la maniobra sin temor, y aún
recuerdan ese episodio a pesar del tiempo.
Y Reina ni se inmutó con la
presencia humana a su alrededor………creemos que se sintió protegida y segura.
Como otros grandes simios, los orangutanes son de una
notable inteligencia (hay un dicho malayo que asegura que si no hablan es para
que no les pongan a trabajar). A mediados de los años 1990 se halló una
población de orangutanes que periódicamente utilizaban herramientas para
proporcionarse alimentos.
Los orangutanes se encuentran, entre los simios menos agresivos, siendo
animales amigables., Si quisiésemos localizar pistas de nuestro pasado común en
los primates actuales, las encontraríamos, sin duda, en los ojos del Orangután
y cualquiera que le observe detenidamente se dará cuenta de por qué. Aunque más
alejado de nosotros que el chimpancé o el gorila, el orangután tiene una
expresión decididamente humana que nos transmite una sensación de absoluta
familiaridad. Su nombre significa Hombre de los Bosques.
Colaboración: Dra.Santos Velarde.
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