Un pequeño tigre de Bengala fue ingresado en la Unidad de Crías
arrastrando una de sus extremidades posteriores, totalmente extendida hacia
atrás, y sin poderla flexionar………. Con la fricción contra el piso, su pata
había perdido parte de la piel y tenía expuesto el músculo………..En su estado fue evaluado para
el sacrificio sanitario, pero su mirada pedía una oportunidad y tratamos de rehabilitarlo.
La lesión fue
provocada días atrás cuando le aplicaron
, una inyección con una aguja hipodérmica de un calibre superior al aceptado
para una cría, y se le afectó un tendón en esa extremidad.
Una vez curada y vendada la herida, que más que herida era
un hueco, aceptó sin protestar el alimento que se le ofreció y buscó refugio en los brazos que le
brindamos. Lo llamamos JORGE, que así se nombraba el cuidador
del area de procedencia del cachorro.
Fue una tarea ardua porque cada vez que se le curaba la herida, se lamía hasta desprender el vendaje que la cubría para que la piel no
continuara abriéndose y para que no se quitara los medicamentos tópicos que se
le aplicaban………
Simultáneamente se le inyectaban complejos vitamínicos, esta
vez con la aguja adecuada y se le acondicionó en su jaula una “cama” de heno
creando una mullida alfombra que atenuaba el roce con el piso. El vendaje era
sustituído hasta dos veces en el día,
cada vez que lo desprendía, a pesar de que se convirtió en un reto a la
imaginación, vendar, tapar, impermeabilizar, con los escasos recursos que
teníamos. Lentamente Jorge fue sanando, y
la piel cubrió la herida…. pero aún arrastraba su pata.
En estas condiciones, el criterio del
sacrificio rondaba como diagnóstico.......... y volvimos a pedir otra oportunidad………diariamente y hasta 3 veces
en el día se le ejercitaba y masajeaba su tren posterior, y asombrosamente en
poco tiempo comenzó a flexionar la pata, a apoyarla y a recuperar poco a poco la movilidad de la
misma. Festejamos el día en que
comenzó a caminar con toda normalidad, y satisfechos del resultado de la
perseverancia en su tratamiento y su rehabilitación.
Jorge creció, fue incorporado a su manada de origen, y con
sus dos hermanas Anabella y Belkis
incrementaron la población de esta especie para regocijo de todos.
Tres tigres más y no precisamente tristes......
Me gustó mucho un detallito, en el relato de "Jorge": "pero su mirada pedía una oportunidad".
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