Las leonas paren entre
1 y 3 crías, a veces 4………….pero en esta ocasión solo nació una, que fue
bienvenida en la nueva instalación…………
Durante 6 meses, FOSO vivió y fue alimentado en las
oficinas, y en nuestra vivienda,
compartiendo días y noches con trabajadores y con la familia……La
experiencia en el manejo y la alimentación de estos carnívoros era
escasa aún, pero no se presentaron grandes contratiempos. La fórmula de leche fue bien recibida, y
antes de los 3 meses de edad comenzó su voraz ingestión de carne…
A veces se “empapaba” con su orina, porque retiraba el pañal
absorbente que se le ponía en la caja donde dormía….y había que bañarlo, pero
nunca rechazó el agua.
Viajaba en las tardes y los fines de semana, dentro de una
cesta tejida, cómodo y feliz… del zoológico a la vivienda y viceversa. Cuando
creció iba suelto en el vehículo que nos transportaba, que generalmente era un
triciclo descubierto.
Cercano a los 4 meses y con un horario de alimentación que
lo permitía, lo fuimos dejando al cuidado de
los integrantes de la familia. Tenía un area delimitada en el jardín para
mantenerlo durante el día, y en las tardes se le resguardaba en la casa.
Cuando entraba directo a la habitación y aferrándose con las
garras, subía al colchón y plácidamente se acostaba sobre las
almohadas…………Fueron muchas las veces en que hubo que reducirlo a la obediencia
porque “no quería bajar” de la cama……….
Para afilarse los colmillos y las garras utilizó los balancines de uno o
dos sillones que todavía tienen sus dientes marcados.
Para los niños de la casa y sus amigos, jugar con un león
“de verdad” era tan natural, que lo preferían a un muñeco de peluche………..y
muchos recuerdan todavía esa feliz vivencia.
En una oportunidad en la que estaba suelto en el jardín,
entró el pollo de un vecino cercano, y sin darnos tiempo a intervenir lo
atrapó, demostrando sus dotes de cazador……..no se lo pudimos quitar, pobre pollo que no estaba destinado a
alimentar al león.. Esto nos alertó, ya FOSO tenía sus instintos a
flor de piel y era hora de que viviera en el lugar que le correspondía.
Con algo mas de 6 meses se lo entregamos a sus nuevos
amigos……… Fue difícil la separación, pero debía acostumbrarse enseguida a otros
olores y otros cuidados…………..
Estábamos cerca y vimos
como crecía y se convertía en un ejemplar robusto y dócil. Los cuidadores lo tenían suelto, fuera de las jaulas, con una
cadena adornándole el cuello……. Varios amigos que lo conocieron de pequeño,
fueron en una oportunidad a visitarlo.
Yo no me atreví……estaba tan grande…..pero ellos lo tocaron, acariciaron
y hasta fotos se tomaron con él………
.Habían transcurridos dos o tres años y un día nos llegó la
triste noticia de que, en una pelea desigual con un macho adulto y dominante,
había perecido. Fue un día de
luto……………..
Por error, la puerta de la jaula en la que dormía por la
noche, quedó abierta, y un león adulto penetró en ella y lo atacó. Nos contaban los cuidadores que peleó como
un buen león, con las desventajas del tamaño y la edad. Trataron de defenderlo y en la desesperación
de no poder intervenir directamente, le arrojaron alcohol y un fósforo al macho
agresor…..que en lo adelante se llamó “El quemado”………
Foso recrea la portada de este Blog……….sentado en un sillón
del jardín…………..
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