Perdieron el pelaje ...posteriormente se revirtió en algo
esta deficiencia, pero
los elementos que contiene la leche de la especie y que no posee otro alimento estaban ausentes. También estaba ausente el masaje que con su lengua áspera le proporciona la madre. Eran
problemáticas que provocaban que perdieran el pelo. Nuestros tigres llegaron a ser largos gatos
pelones y rayados.
En nuestra vivienda,
en un período vacacional, dormían en la esquina formada por dos puertas de
cristal, para que no deambularan en la noche, porque ya no les era suficiente
la caja en la que dormían, y trepaban al borde y se lanzaban en “clavado”, al
suelo. Si se les colocaba una tapa, los “gritos” no dejaban dormir... Disfrutaban tanto ellos como los niños de
casa, de retozos en el jardín……Los bañábamos en un cubo con el agua tibia, y
hasta alguno se “desmayaba” de tan relajados.… Ya habían aprendido a comer, y
la hora de la carne era esperada con gritos felinos y “fufús”……… este último
sonido es nasal, y lo hacen como señal reconocimiento. Nuestros tigres criados a “mano”, muchas
veces son identificados porque al acercarnos a la jaula levantan la cabeza y
emiten ese sonido.
Lograda la primera etapa, y cercanos a los tres meses de
vida, fueron trasladados a su lugar de origen, ya eran “respetables” con las garras, y
mantenerlos en un espacio reducido no era lo mejor……. Los cuatro se colocaron
en la jaula correspondiente, separados por una malla metálica, con otros cuatro
congéneres que fueron criados por la madre, para que fueran asociándose entre
ellos.…….Había temor, las madres no solo los alimentan, les enseñan la conducta
de la especie, y podía ser peligroso. Pero en una ocasión, uno del grupo que se
había mantenido con la tigresa……..fue reducido a la obediencia por Kinuli , que estableció, sin grandes
consecuencias su supremacía, dejándonos tranquilos
y satisfechos de la integración del grupo a su verdadera familia.
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