La relaciones
afectivas que se establecen entre humanos y animales, han sido objeto de historias interminables y entre los trabajadores de los zoológicos son frecuentes,
y los hacen personas que se distinguen por su sensibilidad e identificación
con los ejemplares que cuidan… son considerados por estos como uno más de la manada…….…..y a veces, hasta
se parecen.
Aunque transcurran años
desvinculados de la actividad que llenó la juventud, los buenos y difíciles momentos vividos son recordados
como si hubieran ocurrido el día anterior. Es por eso que la imagen de un
veterano cuidador, ya jubilado oficialmente, que se había ofrecido a criar a
mano a un pequeño chimpancé, que la madre no amamantó, es una imagen actual.
El pequeño chimpancé alcanzaba los 6 o 7 meses de edad y era
muy inquieto y juguetón. En un descuido se escapó del área donde era cuidado y
alimentado, y rápidamente se entrenó escalando hasta las ramas más altas de un
pino inmenso que se encontraba en los alrededores del lugar…………
Durante la noche y la
madrugada, el veterano cuidador y un grupo de trabajadores, rodearon la
base del árbol, esperando que se
decidiera a bajar………y poder recuperarlo sin que se dañara.
Habían transcurrido 18 horas y el hambre lo hizo descender a
buscar refugio y alimento. Quizás estaba
asustado y no se atrevía a bajar, no sabemos, lo que sí se puede afirmar es que
ninguno de los que allí se encontraban, habló de irse a descansar mientras el
pequeño no estuviera en un lugar seguro.
Así de simple es la relación.
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