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domingo, 15 de abril de 2012

R E I N A.


No conocí a Reina, pero su historia y su presencia han perdurado a través del tiempo en el personal del Zoológico.  Esta narración es una colaboración de los que la atendieron y cuidaron.
Su historia comienza a fines de los años 60.  Habitaban por ese entonces en el zoológico, una pareja de orangutanes; GUAS, el macho y GUARINA, la hembra.   En el  único parto que tuvo Guarina, pereció la cría recién nacida en un accidente  y nunca más quedó gestante.  
Por esos días llegó a formar parte de la familia de grandes simios, REINA, una hembra orangután que había sido criada “a mano”, o con biberón, como se le suele llamar, cuando no es criada por la madre natural.  Era la delicia de todos.  Extremadamente simpática y mansa, salía a pasear de la mano del personal veterinario que distinguía con su afecto, no con todos, porque desde un inicio y sin saber por qué, rechazó a dos de ellos.
Le encantaban los helados, y el premio a su buena conducta era un barquillo que ingería hasta el final, pidiendo más.
Cuando Reina llegó a la adultez, ya Guarina había muerto y se unió con Guas,  el único y dominante macho de una manada de dos……..Esta unión funcionó y al poco tiempo Reina quedó gestante.
Todo se complicó a la hora del parto…..  pasaban  las horas y el trabajo de parto se prolongaba demasiado, por la vulva solo asomaba la manito de la cría, era un parto realmente lánguido y había que proceder con urgencia.  La estaban atendiendo en ese momento, precisamente las dos personas que ella rechazaba, que llevaron mucho tiempo tratando de encerrar en otra jaula a Guas, que no se separaba de ella ni un momento.  Ya era de noche.
Cuando llegamos, con nuestros niños pequeños  que quisieron estar presentes, y dos trabajadores más, incluyendo a su cuidador durante el día, que estaba de vacaciones en ese momento, logramos encerrar a Guas, … dejándola sola en la jaula.
Hacía un año que no se separaba de  su pareja y los paseos y el contacto con los humanos había sido sustituído  por alguien de su especie, no obstante  nos arriesgamos y decidimos probar suerte para no utilizar sedantes o maniobras de sujeción…………  Aún en trabajo de parto, se dejó tentar por un barquillo de helado, y fue así como, de la mano y caminando junto a nosotros la trasladamos al área clínica,  la colocamos en la mesa obstétrica y solo utilizamos gasa quirúrgica para amarrar sus brazos y piernas.   Y así, sin sedantes, ni sogas, pudimos extraer el feto que ya  estaba muerto.
Estuvo varios días ingresada en tratamiento, para evitar infecciones y problemas futuros, y cuando se le dio el alta médica, volvió a la  jaula con su compañero.
 En ese momento, el resultado de la crianza de Reina…fue una gran ventaja…acostumbrada al hombre  era fácil  de manejar , siendo innecesario utilizar medios de  sedación o inmovilización para aplicarle tratamientos, y en esta ocasión,  le salvó la vida…………Todos tuvimos una experiencia única,…. Los niños,  presenciaron la maniobra sin temor, y aún recuerdan ese episodio a pesar del tiempo.   Y Reina ni se inmutó con  la presencia humana a su alrededor………creemos que se sintió protegida y segura.
Como otros grandes simios, los orangutanes son de una notable inteligencia (hay un dicho malayo que asegura que si no hablan es para que no les pongan a trabajar). A mediados de los años 1990 se halló una población de orangutanes que periódicamente utilizaban herramientas para proporcionarse alimentos.
Los orangutanes se encuentran,  entre los simios menos agresivos, siendo animales amigables., Si quisiésemos localizar pistas de nuestro pasado común en los primates actuales, las encontraríamos, sin duda, en los ojos del Orangután y cualquiera que le observe detenidamente se dará cuenta de por qué. Aunque más alejado de nosotros que el chimpancé o el gorila, el orangután tiene una expresión decididamente humana que nos transmite una sensación de absoluta familiaridad. Su nombre significa Hombre de los Bosques.
Colaboración: Dra.Santos Velarde.

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