El Canguro(ZooWeb)
(Macropus
rufus)
El CANGURO ROJO (macropus
rufus) es un marsupial (del latín marsupium, que significa
"bolsa"), es decir se trata de un mamífero sin placenta y con una
bolsa o marsupio, donde su cría completa su desarrollo.
Los canguros son aborrecidos por
los criadores de ovejas australianos, ya que arrasan los pastos, y son
perseguidos y exterminados tanto por su piel como por su carne. Por fortuna se
ha dado la voz de alarma: su caza está reglamentada y se les han asignado
parques naturales reservados.
El canguro puede superar los 3,30
m de altura y los 9 m de longitud; no obstante, sólo alcanza estas cifras
cuando huye y se encuentra en terreno descubierto frente a un depredador. Sin
embargo, cuando se dirige a un manantial o quiere establecer contacto con un
congénere, sus saltos no sobrepasan los 1,90 m de longitud.
Este avance, exclusivamente bípedo (con las
patas traseras), da la impresión de que el canguro salta como movido por un
resorte. En esta forma de desplazamiento puede alcanzar los 20 km/h., cuando se
siente amenazado, el animal se lanza a una velocidad superior.
Cuando ramonea, el canguro se
inclina hacia adelante y se desplaza muy lentamente sirviéndose de sus cuatro
patas, un poco a la manera de los conejos. Posa sus patas delanteras en el
suelo y avanza la cola hacia el cuerpo, haciendo bascular las patas traseras.
El peso se desplaza entonces hacia la parte trasera del cuerpo y hacia la cola,
que hace la función de quinta pata.
Los estudios realizados para valorar el gasto
energético del canguro en sus desplazamientos han demostrado que, cuando un
canguro se mueve a menos de 18 km/h, gasta más energía que un animal del mismo
peso que corre con las cuatro patas.
En cambio, cuando acelera, el
canguro gasta menos oxígeno, gracias al almacenamiento y después a la
liberación de energía en sus elementos elásticos. En efecto, el larguísimo
calcaneo (hueso del tarso que forma el talón) actúa como una palanca en los
tendones y ligamentos del talón. Cuanto más rápidamente se desplaza el canguro,
mayor tensión de los elementos elásticos provoca la fuerza aplicada a esa
palanca. Cuando el animal despega para hacer un salto rápido, recupera la
energía acumulada, lo que explica la disminución del consumo de oxígeno. Pese a
su carácter más bien plácido, el canguro rojo sabe defenderse muy bien.
Siempre que un canguro aislado es
atacado por una jauría de dingos (Canis familiaris dingo) o de perros
salvajes, huye hacia el agua, donde intenta ahogar a los dingos manteniéndose
de pie en ella. En caso de que esta táctica no dé el resultado apetecido, a
veces debido a la escasa profundidad del agua, el canguro se apoya contra un
árbol y rechaza a los asaltantes asestándoles enérgicos puntapiés, a menudo
mortales cuando alcanzan el blanco. De la misma manera, cuando dos machos se
pelean por una hembra, se agarran y golpean, pero si el combate adquiere tintes
de violencia se asestan golpes con los pies.
Aproximadamente una hora antes de
la puesta del sol, los canguros se disponen a comer y para ello se dirigen al
agua. El canguro rojo, como la mayoría de los demás canguros, se alimenta
esencialmente de hierbas (del 60 al 90% de su dieta alimentaria) y de plantas
herbáceas de flor, como la alfalfa o el trébol. Siente una apetencia especial
por el espinifex o «hierba puerco espín» (Triodia spini fex), una gramínea
cuyas hojas, rígidas y puntiagudas como agujas, parecen espinas. Esta planta, que
vive en las regiones áridas y semiáridas, se presenta en forma de matorrales
que recubren el suelo, a veces sobre extensiones de centenares de kilómetros.
Los quenopodios, pequeñas plantas
herbáceas muy ricas en sal, también forman parte de la alimentación del
canguro, pero no superan nunca el 10% de su régimen. Por contra, el canguro
rojo prácticamente nó consume nunca hojas de acacia ni de eucalipto como sus
primos hermanos los wallaroos. No se conocen muy bien los motivos que impulsan
la elección de determinadas plantas por los canguros. El equipo del biólogo
australiano PT. Bailey demostró que uno de lo factores de selección podría ser
la riqueza en azúcares (hidratos de carbono solubles) de ciertas plantas.
Los machos comen por término
medio una hora más que las hembras, tal vez porque éstas consumen un alimento
más rico en proteínas, especialmente durante los períodos de sequía, y
concentran su búsqueda en los lugares donde los pastos son más favorables,
probablemente para mejorar la calidad de su leche. Esto ha sido demostrado por
el biólogo australiano A.E. Newsome, que estudió las diferencias del régimen
alimentario entre canguros machos y canguros hembras de Australia central.
Los canguros dedican muchas horas
a comer. Así, el australiano David Priddel estableció, en 1986, que cualquiera
que sea la temporada, los canguros consagraban entre 7,1 y 10,5 horas al día a
alimentarse. Otros estudios han demostrado que el 78%o de este tiempo reservado
a ramonear era nocturno y que se centraba especialmente en las 6 horas que
siguen a la puesta de sol y antes del amanecer. Durante la jornada, la
alimentación tiene lugar en las dos primeras horas del día (80% del
apacentamiento diurno) y justo antes de que se ponga el sol. En efecto, aunque
están bastante adaptados a los climas áridos de las regiones donde viven, los
canguros temen los grandes calores. Así, en el oeste de Nueva Gales del Sur,
evitan exponerse a las radiaciones solares durante los períodos de mayor calor.
En libertad, el canguro rojo
suele vivir en pequeños grupos muy laxos, aparentemente sin organización
estricta. El grupo supera rara vez los 8 o 10 individuos, y comprende un macho,
una o varias hembras y cachorros de ambos sexos. Entre los machos hay una
jerarquía, las más de las veces basada en la talla, particularmente cuando se
trata de cortejar a una hembra. No son raros los pequeños grupos de animales
jóvenes, mientras que los canguros viejos viven solos. Es frecuente encontrar
también grupos reducidos de dos o tres animales. Los canguros son, pues,
bastante individualistas cuando los pastos son abundantes. En cambio, se
vuelven gregarios cuando la sequía hace disminuir los pastos. Entonces son
capaces de cubrir de 10 a 20 km para pacer y se reúnen en grupos de varias
decenas de animales, en sitios favorables, en los raros puntos donde hay agua
disponible. Los canguros ya instalados no rechazan a los recién llegados.
El canguro, como los rumiantes,
puede digerir una de las fuentes glucídicas más importantes de las plantas: la
celulosa. Aunque no posee enzimas capaces de digerirla, las bacterias presentes
en su estómago se encargan de hacerlo y utiliza en último término la celulosa
como «carburante».
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