Las cebras son mamíferos exclusivamente herbívoros que comen sobre todo por la mañana y por la tarde, reponiendo al mediodía. Son animales que se alimentan de hierba tosca, hojas y brotes. También comen corteza y ramitas.Su aparato digestivo bien adaptado les permite subsistir con una dieta de calidad nutritiva más baja que la que necesitan otros herbívoros, pero también es menos eficiente, lo que obliga a las cebras a pasarse más de la mitad del tiempo comiendo.
Las cebras pueden moverse una veintena de kilómetros en un día en busca de alimento, pero al final del día suelen volver a su punto de origen. Aun así, las manadas de cebras hacen una migración anual mucho más importante, que coincide con la estación seca y que también hacen otros muchos mamíferos africanos y que representan un movimiento de centenares de miles de animales a la vez.
Las condiciones secas de los ecosistemas en que habitan las cebras hacen que se hayan adaptado a los periodos de aridez.
Las cebras de Grevy son las que mejor se han adaptado a las condiciones de sequía. Para sobrevivir a la estación seca, en que la mayoría de los ríos, estanques y otras fuentes de agua se secan, esta especie de cebra excava en el lecho de los ríos con sus pezuñas para encontrar agua.
La cebra de montaña aprovecha las características de su hábitat para sobrevivir a los periodos secos. Cuando se secan las fuentes de agua de las cuales subsiste, esta especie simplemente migra a una altitud más alta, donde las temperaturas inferiores hacen que el vapor de agua se condense en forma de lluvia, nieve o rocío.
La cebra común es la menos adaptada a la sequía. A diferencia de las otras dos especies, siempre necesita tener agua disponible, lo que la obliga a migrar de un lugar al otro según la estación en busca de recursos hídricos.
Como la mayoría de équidos, las cebras son altamente sociables. Aun así, su estructura social depende de la especie. Las cebras de montaña y cebras comunes viven en grupos, conocidos como "harenes", que consisten en un macho con hasta seis yeguas y sus potros. Los machos no dominantes o viven solos o con otros machos no dominantes, hasta que son suficientes grandes como para desafiar a un macho dominante. Cuando un grupo de cebras es atacado por hienas o perros salvajes, las yeguas se agrupan con los potros en el medio mientras el macho intenta ahuyentar a los atacantes.
Cuando un macho rival intenta derrocar al macho dominante, éste lo desafía tocando la nariz del rival con la suya o frotando las espaldas contra las suyas. Esto es un tipo de demostración de fuerza destinada a asustar al rival. Si éste no cede, empiezan a pelearse, mordiéndose el cuello y las patas o, en casos extremos, dándose coces; estos combates son más peligrosos que la mayoría de combates de este tipo en el mundo animal, y una cebra puede acabar malherida.
La jerarquía del grupo se refleja en el orden en que andan sus miembros; delante de todo, anda la yegua más vieja con sus potros, después vienen las otras hembras en orden de edad, también con sus potros, y el macho es el que cierra el grupo.
A diferencia de las otras especies de cebra, las cebras de Grevy no tienen vínculos sociales permanentes. Los grupos de este tipo de cebras raramente permanecen juntos durante más de unos cuantos meses. Las crías permanecen con su madre, mientras que los machos adultos viven solos. Aun así, como en las otras dos especies, los machos no dominantes se organizan en grupos. En casos de escasez de comida, muchos miembros de esta especie se pueden congregar alrededor de una fuente de alimento, dando la impresión de que forman una manada.
Durante el día, las cebras duermen de pie, como los caballos, y sólo duermen cuando tienen otros animales alrededor que las avisen de la presencia de predadores.
De noche, en cambio, a menudo se tumban en tierra. Cuando reposan, igual que cuando se acicalan las unas a las otras, las cebras se ponen la una junto a la otra, pero al revés (es decir, cada cebra tiene su cabeza hacia el lado trasero de la otra cebra). Esto tiene varias ventajas: por un lado, permite que la cola de una cebra pueda espantar las moscas de la cara de la otra; por otro lado, ofrece a los animales un ángulo de visión de 360º.
Como los caballos, las cebras pueden andar, trotar, medio galopar y galopar. Al galope, pueden alcanzar una velocidad máxima de 55 km/h. Suelen ser más lentas que los caballos, pero su gran resistencia las ayuda a escabullirse de los predadores. Una cebra que esté siendo perseguida correrá en zigzag de un lado para otro para poner en dificultades al predador. En caso de que quede acorralada, la cebra se pondrá en posición rampante y dará coces y mordiscos a su atacante.
Las cebras se comunican la una con la otra con relinchos y gemidos agudos. Las cebras de Grevy emiten bramidos parecidos a los de las mulas. Las orejas de las cebras indican su estado de ánimo. Cuando una cebra está calmada, tensa o amistosa, sus orejas permanecen erectas. Cuando tiene miedo, se desplazan hacia adelante. Cuando se enfada, las orejas se desplazan hacia atrás. Cuando las cebras buscan predadores en un área, permanecen en una postura de alerta, con las orejas erectas, la cabeza alta y observando con atención. Si están tensas, emiten bufidos. Si una cebra detecta u oye la presencia de un predador, se pondrá a bramar bien fuerte.
Como en la mayoría de especies animales, las hembras llegan a la madurez sexual antes que los machos, y pueden tener su primer potro a la edad de tres años. Los machos no pueden criar hasta que tienen cinco o seis años. Las yeguas pueden dar a luz a un potro cada doce meses, que es el tiempo que dura la gestación.
Cuidan de las crías durante un máximo de un año. Como los caballos, las cebras son capaces de ponerse de pie, andar y mamar al poco de nacer. Al nacer, un potro de cebra es marrón y blanco en lugar de negro y blanco. Casi siempre nace un único potro, pero en ocasiones extremadamente raras pueden nacer gemelos.
En el caso de las cebras de montaña y las cebras comunes, los potros son protegidos por su madre, así como por el macho y las otras yeguas del grupo. En cambio, los potros de cebra de Grévy sólo tienen a su madre como protectora habitual, pues, como se ha dicho más arriba, los grupos de esta especie se suelen dispersar después de unos cuantos meses.
La protección de los potros es especialmente relevante para estos animales, pues las crías son una presa fácil para los predadores y la mitad de ellas no sobreviven al primer año de vida a pesar de los esfuerzos de su madre y del macho del grupo.
Otro de los peligros que corren los potros es que se han observado infanticidios y feticidios entre las cebras, a pesar de que únicamente se ha observado este comportamiento en ejemplares en cautividad.
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