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sábado, 20 de octubre de 2012

MAMIFERO CUBANO (EcuRed)

Almiquí (Solenodon cubanus) es un mamífero terrestre primitivo insectívoro que habita sólo en las regiones boscosas del oriente de Cuba (Baracoa). La palabra primitivo indica que es muy antiguo, por eso muchos científicos dicen que el almiquí es un fósil viviente.

Foto: Juventud Rebelde

El almiquí de Cuba (Solenodon cubanus) es junto con el almiquí paradójico una de las dos especies de la familia de los Solenodóntidos.
 Esta especie es endémica de Cuba, y como todas las de solenodonte está en peligro de extinción.
 Este insectívoro posee una mordida venenosa, usada probablemente para inmovilizar a sus presas. Es de hábitos solitarios.
Es de color pardo oscuro o negro, con los hombros y el hocico blancos o amarillentos. Su hocico termina con una trompa flexible, con cuarenta dientes, algunos de largas puntas, que usa para romper la envoltura de los insectos, su principal alimento, y así poderlos devorar. 
Viven en cuevas o túneles entre las raíces de los árboles, bajo las rocas o en troncos huecos. Es un animal muy activo que necesita alimentarse mucho, no sólo de insectos, sino también de lombrices, cangrejos, ranas y pequeños reptiles, que captura por las noches.
Es raro en el mundo entero y muy interesante. Familia de las musarañas y los topos, que también son insectívoros, mide unos 53 cm, de los cuales 20 cm son de la cola; es pequeño, pero si lo comparamos con la musaraña o musgano enano de Europa (Suncus etruscus) que mide solo 7 cm, incluyendo la cola, el almiquí es un gigante entre los suyos.
Tienen costumbres nocturnas, habitan en zonas boscosas y arbustivas, y viven en huecos de troncos caídos o entre las rocas. Se alimentan de insectos y reptiles, aunque parece que también comen frutos y otras materias vegetales. Al igual que en otros insectívoros, su saliva es venenosa.

Los almiquíes o agoutas pertenecen a la familia de los Solenodóntidos y constituyen el género Solenodon. El almiquí de Haití se clasifica como Solenodon paradoxus y el almiquí cubano como Solenodon cubanus. 

En 1838 un destacado naturalista cubano, el doctor Felipe Poey dio a conocer las primeras noticias sobre el almiquí en Cuba. En la ciudad de Trinidad se le decía tacuache y en Bayamo tejón, pero esta denominaciones se consideraron inapropiadas, posteriormente se le dio el nombre de almiquí, como las montañas vecinas al sitio donde se encontraron varios ejemplares.
Juan Federico Brandt describió otra especie en Santo Domingo, alrededor de esa misma fecha, a la que nombró Solendon paradoxus. Aunque externamente los individuos eran parecidos, existían entre ambos diferencias apreciables.
El Solenodon cubanus Peters lleva detrás el apellido del doctor Wilhem Peters, porque en Berlín, en 1861 él descubrio la especie a solicitud del doctor Gundlach, quien le envío un almiquí hembra, conservado en aguardiente de caña.
Aunque este animal es bastante tranquilo, cuando se irrita eriza el pelo, enseña los dientes, gruñe, emite chillidos y segrega una sustancia aceitosa de olor desagradable. Además, uno de sus dientes está perforado para conducir al interior de sus presas saliva con sustancias tóxicas o venenosas e inmovizarlas. Con todas estas características y teniendo en cuenta que el almiquí posee extremidades con poderosas garras y cinco dedos, debiamos agradecerle a la naturaleza haberle dado un tamaño pequeño, de lo contrario sería una fiera temible. 

En la actualidad están en peligro de extinción debido a su baja tasa de reproducción y a la depredación que sufren por parte de especies introducidas como son los casos de Gato Salvaje la especie que más amenaza el presente y el futuro del almiquí, aunque otras como la Rata Negra, el Perro Salvaje y el Puerco Salvaje, también ponen en peligro la existencia del antiquísimo mamífero, el cual ha perdurado con pocos cambios desde el período cretácico hasta nuestros días.

Parque Nacional Alejandro de Humboldt

El monitoreo y búsqueda de poblaciones de almiquíes está entre los resultados principales de un estudio sobre la fauna silvestre del Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH), sitio reconocido por la UNESCO como patrimonio mundial de la naturaleza. El almiquí, de hábitos exclusivamente nocturnos, hoy vive confinado a las áreas más intrincadas del Norte de Holguín y Guantánamo, se asegura que en épocas remotas vivió en toda la isla.
Desde que en 1861 el científico alemán W. Peters describió la especie cubana (Solenodon cubanus Peters), hasta los momentos actuales, solo se han capturado 38 ejemplares en Cuba, el más reciente en el 2003, en La Melba, como parte del proyecto Estudio, monitoreo y conservación de la fauna del Parque Nacional Alejandro de Humboldt. La investigación, a cargo de un grupo de especialistas de la Unidad de Servicios Ambientales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Guantánamo con el apoyo de prestigiosas instituciones científicas del país como el Instituto de Ecología y Sistemática (IES), Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIOECO), Universidad de La Habana, Museo Nacional de Historia Natural, entre otras, las que trabajaron en la clasificación de especímenes, el adiestramiento del personal, impartición de cursos y otros servicios científico-técnicos.
En las áreas muestreadas se obtuvieron hozaduras y excretas frescas, cuevas de entrada y salida del animal, más otras evidencias que prueban la existencia de numerosos individuos y que se están reproduciendo, como lo atestigua la juventud del último ejemplar colectado, aunque no se pudo precisar el tamaño de la población.
El PNAH, una de las áreas protegidas del tipo terrestre más importantes del país en lo referente a la biodiversidad biológica, y representante del más grande remanente de los ecosistemas montañosos conservados de Cuba y de las Antillas, ha sido escenario en los últimos años de reportes de varias especies nuevas de anfibios y reptiles.



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